EL SER HUMANO COMO SER LIBRE
La causalidad no impide la libertad. Causalismo no es determinismo. Si la libertad radica en el hombre, el hecho de que radique en la voluntad (es decir, en la razón, en la inteligencia sentiente) hace posible que tal radicación sea consciente y voluntariamente asumida y dominada por uno mismo. No deja de ser curioso que la mayoría de las negociaciones de la libertad procedan de motivos extrarracionales. Por ejemplo, motivos religiosos: así, Lutero defiende que el hombre no puede ser libre si Dios lo es; para exaltar la omnipotencia de Dios, se recurre al aploastamiento del hombre.
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